lunes, 11 de abril de 2016

.oOoOoOo...Los Juegos De La Mente...oOoOoOo.


Parte II

La noche se había vuelto un abismo, no podía ver nada en medio de tanta oscuridad, me apresure a bajar las escaleras y huír de lo que acechaba mis pensamientos, aquellos miedos que de a poco me iban consumiendo, pensé por un momento, que tal ves mi mente estaba jugando conmigo. Aquella voz en  mi cabeza, aquel susurro que no erá más que el inconsciente murmurando que estaba sola me estremecía, tenía miedo, y el no poder escapar del vació me oprimía el pecho y no me dejaba respirar, pero de algo estaba segura, algo extraño estaba pasando. Sin embargo y aún así seguí indagando en mis recuerdos; -Que paso el día anterior?, Porque estamos solas?, Donde están todos?. Los recuerdos viajaban tan rápido que desaparecían al instante como un flash, como un relámpago que se disipa en el aire y se desvanece en lo profundo del corazón. Tenía a Rory en mis brazos mientras huía de aquella oscuridad que nos perseguía, no entendía lo que estaba pasando, ella apretó fuerte mi mano y dejó caer una lagrima de sus grandes ojos, su voz quebrada y dulce preguntó, - Volveremos a ver a mamá y papá?- la miré preocupada intentando ocultar mi temor, la bajé y le respondí que todo estaría bien.
Corrí hacia la puerta y abrí, la lluvia había cesado y observe como aquel cielo grisáceo se despejaba en tinieblas, no se podía distinguir la luz de ninguna estrella, las calles estaban inundadas de lodo y podía sentir su olor desde la puerta. 
Sentí peligro al salir afuera, tome la mano de Rory y volví a entrar, ya no tenía miedo, pero si una gran angustia que me invadía todo el cuerpo, de pronto vi un pequeño halo de luz que ingresaba por la ventana y alcanzaba a iluminar un rincón de la sala de estar, estaba agotada y somnolienta, aún así me acerque a la ventana y vi el velo del anochecer como un enemigo silencioso y aterrador que acechaba la soledad en la que nos encontrábamos. Luego acosté a Rory en el sofá, la cubrí con una manta y observe hasta que ella logró cerrar sus ojitos brillosos de cansancio. Me acerque y miré a través de la ventana, aquella luna pálida y casi escondida que apenas se dejaba ver en la inmensidad del cielo, su débil luz iluminaba el sofá, podía ver el pequeño rostro de mi hermana, tan frágil e  inofensiva, tan pequeña e inocente, como alguna vez lo fui yo. Apenas podía distinguir el amanecer colándose por abajo de la puerta y a través de los fríos ventanales, estaba sentada en el sofá frente a ella, los pensamientos iban y venían, mi mente estaba siendo controlada por el miedo, por el temor al abandono, y por más que intente no pude evitarlo. Finalmente, cerré los ojos y me quede profundamente dormida. 
Desperté y Rory no estaba, había desaparecido como desaparecían mis recuerdos, no me acordaba ya de nada, nada de lo que había pasado el día anterior, escarbaba en la profundidad de mi alma, pero nada tenía sentido, la última vez que los vi habíamos vuelto del cine, ya en casa terminábamos de cenar juntos, lavé los platos y.... ese aroma... 
Recordé de pronto una luz enceguecedora y un sonido muy fuerte en mis oídos, como en una película entrecortada, estábamos volviendo del cine, mis primos cantaban una canción, papá en el volante acompañaba el coro y mamá pidiéndole a Rory que se quedará quieta, de repente una luz enceguece mis ojos y un estruendo retumba en mis oídos. Estaba todo blanco, como en un largo pasillo. Que sucedió después? Donde están mis padres? Donde están mis primos? Donde esta Rory?... Y me vi a mi misma en el reflejo de la ventana de una habitación, llevaba una bata blanca como de hospital, Donde estoy? me pregunté, Donde estoy? cerré mis ojos y escuche los llantos, los volví a abrir y los lamentos provenían de atrás de la puerta, y ahí estaba ella, era mi madre y mi padre, estaban tristes y desconsolados, y me vi a misma dormida en aquella cama de esa habitación. Esa soy yo? me pregunté, estaba ahí dentro sin poder moverme, mi consciencia sin saber como regresar a mi cuerpo. Aquella blanca habitación olía a fresias, y a otras flores que no conocía, y veo a mis primos entrar con los codos enyesados, algunas heridas y raspones en sus rostros y los escucho repetir una y otra vez Rory despertó, Rory despertó!, y mis ojos húmedos dejaron caer un par de lagrimas...                                            

martes, 1 de marzo de 2016

.oOoOoOo...Los Juegos De La Mente...oOoOoOo.

..."El negro anochecer había cubierto toda la ciudad, sin luna ni estrellas que iluminarán el camino de regreso a casa, estaba perdida en un sendero completamente oscuro donde sólo habitaba la soledad"... 

Parte I

Mi familia y yo nos reuníamos como siempre, en la mesa para disfrutar de una deliciosa cena en compañía de mis primos quienes se quedarían con nosotros todo el fin de semana, mientras mis tíos se encontraban en un viaje de negocios en Tokio, la ciudad japonesa futurística y esplendorosa. 
Mi madre,Verónica, una hermosa mujer de carácter sumiso y servicial, se dirigía a la cocina a buscar un poco de sal, mi padre Santiago, un hombre que disfrutaba la vida, su trabajo y su familia, explicaba a mis primos lo fabuloso de trabajar en un laboratorio creando la cura para aquellas enfermedades que muchas mascotas padecían. Mi perra Zuri, sólo escuchaba desde el sofá, atenta a los gestos y palabras que salían de los labios de mi padre, mientras lo observaba moviendo la cola. Mi hermanita Rory de 6 años sólo deletreaba con gran ensaño las letras del llamativo suéter de mi primito Alex; Teen skater under eight. Mi pequeño primo no era un niño como cualquier otro que haya conocido antes, con apenas 8 años de edad se pasaba la mayor parte del tiempo creando pequeños inventos y leyendo libros de ciencia y tecnología, por un momento pensé "sería todo hereditario de familia?", Brian su hermano mayor, estando todavía en la adolescencia con 17 años ya tenía planeado una gran carrera como médico. 
Mi madre una farmacéutica química dedicada a su trabajo, conoció a mi padre, quién en ese momento presentaba un ensayo en el seminario de la universidad de ciencias veterinarias ya hace 17 años. Quién podría decirlo me encontraba rodeada de personas que vivían y respiraban el intelecto de la ciencia, y yo con 16 años anhelaba tener aunque sea un poquito de amor por las matemáticas.
No, no era lo mío, yo sólo suspiraba por leer una novela fantástica que superara el ingenio de las novelas de Edgar Allan Poe. A veces me encerraba días enteros leyendo libros, escribiendo poemas y cuentos o simplemente dibujando. Suelo ser amante de la literatura, el arte y la música, reservada e imaginativa por naturaleza, mi ingenio se encontraba en los libros de filosofía, psicología y letras, suspiraba por aprender muchos idiomas y enseñarle al mundo lo maravilloso que sería vivir en una gran utopía entre el mundo del hombre y la naturaleza, un mundo justo para todos, para los animales y el planeta. Una tierra de ensueños sin territorios o fronteras, un mundo en donde todos los habitantes del universo vivieran en paz y felices. 
Eran las nueve de la noche, y todos aquellos pensamientos que volaban y me transportaban a mundos lejanos y casi imposibles volvieron a su lugar cuando mi madre, amistosamente me dijo, "-Megan, cariño no olvides lavar los platos-". Mientras lavaba el ultimo cubierto y vaso del cesto de platos, algo a través de la ventana llamo mi atención, la noche se había tornado misteriosa, casi no se veía nada sólo las sombras de los objetos que apenas se encontraban a contra luz del único poste que funcionaba en la cuadra, -"es extraño"- pensé, como podría ser posible un corte de luz en la cuadra exceptuando el poste frente a nuestra vereda y casa, que significaba? quizás fue sólo mi imaginación. Me suelen pasar estas cosas, como ya había dicho antes, a veces mis pensamientos vuelan y automáticamente me transporto a mundos alternos. Me quede mirando fijamente el horizonte vació y oscuro, la noche penetraba los pequeños halos de luz de las pocas estrellas que iluminaban desde el cielo, sentí una sensación estremecedora, cuando de repente el rocé de la palma de mi madre acaricio mi hombro preguntando -"Que pasa cariño, en que pensabas?"- la miré y sentí temor, una sensación de vació envolvente que me dejaba el miedo a perderla -"Nada, mamá sólo observaba la noche, pareciera que cortaron la luz en las calles"- Mi madre observo fijamente aquel negro horizonte -"Pareciera que no, esta todo iluminado como todas las noches cariño"- escéptica volví a mirar hacia la ventana y pude observar que el vecindario estaba iluminado y había gente caminando por la vereda mientras disfrutaban la cálida noche de verano. Miré a mamá y le dije -"si tenes razón, creo que sólo fue imaginación mía, buenas noches mamá, te amo"-, y con una mirada enternecedora me beso en la frente, diciendo -"También te amo, dulces sueños cariño"-.
Sin pensarlo, no di más importancia a aquello que me había sucedido al mirar a través de la ventana y me dirigí por el pasillo, miré hacia la sala de tv, mi padre, Brian y Alex miraban un documental en History Channel y como no, el documental se trataba de Einstein y sus gloriosos pasos sobre la ciencias, químicas, físicas y matemáticas, los libros de algebra y análisis matemáticos mortificaban mi existencia, -"porque no podría disfrutar de aquello que mi padre y mis primos disfrutaban?"- me pregunté, quizás podría profundizar un poco más el pensamiento aristotélico, -" Las ciencias tienen las raíces amargas, pero muy dulces los frutos"- (Aristóteles 384 a.C.), -"Qué habría pasado si Pitágoras no se hubiese preguntado si la tierra era esférica? o si Socrates no se hubiera sentado en una plaza para enseñar a sus seguidores, y de aquellos no hubiera estado presente Pláton, quién quizás más tarde no habría conocido a su discípulo Aristóteles. Pero bueno, pasando a otro tema me dirigí a mi habitación, me puse el pijama, busque entre mis libros; Cuentos de horror y misterios de Poe, me acosté y me puse a leer. Mientras leía escuche en la otra habitación, la dulce voz de mi madre contándole un cuento para dormir a Rory quién generalmente se mostraba como una niña de carácter débil, gentil, inteligente y tranquila. Y así pase las primeras horas de la noche, hasta que me quedé dormida.
Era un poco más de la medianoche, un estruendoso ruido me despertó, tuve la sensación de que iba a llover miré hacia mi ventana y los relámpagos eran tétricos, la oscuridad se volvía siniestra, intenté prender la lámpara, pero no había luz, podía escuchar ruidos y golpes en el pasillo, me levante corrí hacia la puerta y sentí un escalofrío extraño al abrirla, tuve la sensación de que alguien me susurraba al oído, pero no podía escuchar lo que decía. Me acerqué a la puerta de Rory, abrí y entre mi hermanita no estaba, quede atónita mirando una cama vacía, salí corriendo a la habitación de mis padres, toqué la puerta y como no contestaron, entré, no había nadie. -"Sería una pesadilla?"- pensé, de pronto una angustia en el pecho se hacía realidad, -"estoy sola, he perdido a todos, a donde voy? Porque me cuestionaba todo esto si era tan sólo una pesadilla, o no lo era?"-. -"Siempre fui fuerte, porque tenía miedo?, era aquel susurro que invadía mi mente, no lo sé"- No me considero una chica miedosa, siempre fui osada y rebelde, pero esto no era normal sabía que algo estaba pasando y bueno, no era. Me dirigí a la habitación de huéspedes y como era de esperarse mis primos tampoco estaban, por un momento pensé que quizás era una broma pesada llevada a cabo por papá o mis primos, pero no, quizás no eran ellos, si no un viajecito más de mi mente.
En la habitación de Rory, de repente escuche el ruido de un juguete que cayo al piso, fui corriendo a buscarla una vez más, entré y sentí un llanto en el armario, tuve miedo, camine lentamente y abrí la puerta, era Rory, -"Megan, donde está papá y mamá?"- no quería preocuparla y le mentí -"Porque preguntas eso?, están durmiendo"- -"Porque soñé que un hombre vestido de negro se los llevaba y me dijo que no los volvería a ver"- -"Sólo fue un sueño Rory, tranquila a papá y a mamá no se los va a llevar nadie"- De repente, la furia de un trueno hizo temblar la tierra y empezaban a caer las primeras gotas de lluvia, hacía mucho frío, el cálido viento se torno, violento y peligroso, tome la manito de Rory y la lleve a mi habitación. La acosté y dormí junto a ella, pero dormir no era la palabra, yo no podía dormir, el silencio de la casa agudizaba los extraños ruidos que abrigaron el insomnio de una noche misteriosa.
Pasaban los segundos, pero se hacían largos los minutos, el sonido del viento era terrorífico, los ruidos provocados por las ramas al golpear mi ventana eran espantosos. La casa me estaba asustando, mi mente me estaba jugando una mala pasada, no lo sé. Rory despertó -"Megan, Megan, soñé que ese hombre salía de tu armario"- -"Rory basta!, no hay ningún hombre en el armario"- Miré fijamente al armario, tome coraje, me levante camine hacia el y abrí la puerta, -"Viste, preciosa no hay nada acá"-, me di vuelta a mirarla y sentí caer uno de los abrigos del perchero, sin pensarlo dos veces corrí hacía ella, la tomé en mis brazos y salí corriendo de la habitación, sentía como la oscuridad penetraba el interior de mi casa, casi no veía nada, temía darme vuelta y mirar hacia atrás, no entendía a que le tenía miedo, Rory estaba asustada y yo también. 

Continuará...         
Written by Sue...             

jueves, 21 de enero de 2016

...Almas asesinas...


Una noche al despertar;

Entre las cobijas me cubría de temor por aquella voz en mi cabeza que no me dejaba pensar y me preguntaba que era lo que me aturdía? Porque con tanto empeño me acosaba? Porque aún seguía viva?. Tantos errores que provenían de un pasado en silencio, por un secreto lleno de mentiras que te envolvían y que tuve que callar. Así el amor se convertiría en mi gran enemigo, mi verdugo en cada rincón de la tormentosa prisión que encarcelaba a mi alma. 
Recuerdo entre esas paredes, tu aroma a amor intenso y en el espejo aún se guarda el reflejo de tus ojos castaños con esa imponente mirada de un alma oxidada detrás de un hombre sin escrúpulos.
A veces el amor te envuelve, pero yo estaba demasiado ciega como para seguirte a pesar de tus acciones injustas hacia el resto de las almas, incluyendo la mía. Sin importar, te burlabas de la justicia divina, del sufrimiento ajeno, del dolor del prójimo, mi madre no te aceptaba y yo sabía que tenía razón. Lo veía en tus ojos, jamás sentiste amor por nadie, ni siquiera por mi o nuestra hija a quién me obligaste a abandonar cuando apenas abría los ojos, veía tu odio y desapego, lo veía en ti cuando negabas a Dios y hasta ese momento no hubiera podido dejarte. 
Tantos años condenada a un amor sin sentido, sin justificación, en soledad y dolor escondido. La conciencia cada día era más difícil cargarla conmigo, había mucha confusión en esa obsesión en la que me ataba por no perderte. El miedo a sentirme abandonada a mi propia suerte, socavando la oscuridad que se desataba por dentro y que arrancaría de mi la poca cordura que quedaba como consecuencia de mi complicidad por tu desgraciado cariño...