sábado, 5 de febrero de 2011

...................AtRaPaDa En Un MiStErIo..................

El eléctrico cielo no paraba de acechar el pantanoso pueblo desde ya casi una semana. El camino hacia la biblioteca se me hacia cada vez más largo, mientras me escondía bajo los umbrales de la acogedoras casas que rodeaban las calles. Parecia que el ojo de la tormenta se había ensañado con destruir todo el lugar, cada trueno que colapsaba contra la tierra se volvía aún más violento y devastador.
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Mientras observaba todo el lugar, podía ver que ni siquiera un alma merodeaba las calles a esa hora de la mañana, y me puse a pensar que odiaba a la profesora Maggie por ser tan estricta con los trabajos. La húmedad del aire sofocaba cada respiro y torturaba con ese aroma a lodo que se colaba en el viento, mientras cada párticula de polvo se enterraba en mis ojos. La lluvia no cesaba ni por un instante como para poder ayudarme a encontrar un refugio más cómodo, mi mochila pesaba casí tres litros de agua más todos los libros que llevaba adentro y que ya me había arruinado. La frescura infernal del invierno había enfríado cruelmente la húmedad de mi ropa, y el crudo frío del agua congelaba lentamente mis pies dando paso a mi primer estornudo.
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Podía apreciar la fantástica vista de los rayos violacios desde la acera, los estruendosos relámpagos parecían escucharse tan de cerca que te obligaba a temerle a la Madre Naturaleza. De repente por un pequeño intervalo de tiempo mi mirada se detuvo en el lugar menos pensado, en aquella cueva cavernosa que se escondía bajo las colinas de la vieja montaña, no me quedo otra que ni pensarlo dos veces y me largue a correr hacia ella.
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Las horas pasaban con tal lentitud que sentía que me ahogaba en la eterna espera. A mi alrededor sólo moraba la oscuridad y apenas el poco reflejo de luz que se colaba entre las grietas de rocas huecas que constituían la estructura de la cueva. Me sentía completamente sóla e indefensa haciendole frente los miedos que despertaban en mi interior y que empezaban a agoviarme.
Al caer la noche, mis ojos lagrimeaban el agotador esfuerzo de escarbar entre la oscuridad, la poca luz que se iba extinguiendo bajo el furioso anochecer....
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Continuará... Algún Día...